Cuando uno decide casarse y dar el “sí,
quiero”, inicia una nueva etapa de ilusión y nervios por todo lo que este nuevo
rumbo conlleva. Lo primero es compartir esta noticia con los allegados,
decidir la fecha de la boda, buscar un vestido acorde al día, elegir el rito de
la celebración; civil o religioso, pensar dónde celebrarla: en una hacienda de bodas en Sevilla o en
cualquier otro paraje.
Pero no todas las cuestiones se resuelven
aquí; aparecen miles de preguntas más: celebración exterior o interior,
temática de la boda, tonalidades de color de la mantelería, distribución de las
flores, el menú… cuestiones que pueden dejarse resolver por un
planificador de bodas o por los mismos novios. Una vez más, uno decide. No
obstante, nunca se puede olvidar que lo importante de este día, aunque parezca
vano recordarlo, es disfrutarlo al máximo con su pareja, amigos y familia.
Si
uno intenta controlar cada mínimo detalle puede que se pierda en las pequeñeces
olvidando compartir una relajada sonrisa con todos los invitados.